Clima contradictorio en Panamá

Los caprichos de la naturaleza se ensañan hoy contra la cuenca del Canal de Panamá, que sufre una intensa sequía, mientras en el resto del país las inundaciones por intensas lluvias causan estragos.

22 noviembre 2017 |

Octubre fue el segundo mes con menores precipitaciones en los registros históricos de la Autoridad del Canal (ACP), donde el déficit llegó al 30 por ciento en los embalses Alajuela y Gatún, que suministran agua potable a 1,9 millones de personas y sostienen operaciones en la vía fluvial.

Aunque en noviembre la situación mejoró, Gatún está aún siete centímetros por debajo de su nivel óptimo, mientras la cota del Alajuela, que vierte al anterior, se mantiene 2,70 metros menos de lo normal para la época, informó Carlos Vargas, vicepresidente de la ACP.

Durante este año el régimen de lluvias en la cuenca canalera se mostró inferior a la media, pero a pesar de ello Vargas consideró que el pronóstico es que la situación debe mejorar en lo que resta de 2017 y se alcancen los registros óptimos.

La ACP detuvo las hidroeléctricas como medida para mitigar la sequía, y se modificaron las operaciones de las esclusas, con un ajuste de las válvulas para gastar menos agua en las operaciones de tránsito de las embarcaciones, y en caso de que no se recuperen los lagos, deberán restringir el calado de los barcos.

En abril de 2016, Alajuela casi colapsa ante la fuerte sequía que afectó al Istmo como consecuencia del fenómeno climatológico El Niño, y apenas se convirtió en un pequeño riachuelo donde encallaban las piraguas (botes rústicos), único medio de transporte en algunas áreas del lugar.

A su vez, los bajos niveles en el Gatún, por donde navegan grandes mercantes y cruceros, obligaron a la ACP a restringir el peso de las embarcaciones como previsión a que tocaran fondo en el embalse, medida cuyo antecedente más cercano fue en el período seco de 1997-1998.

Independiente de otras causas, informes de vigilancia del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) refieren daños ecológicos en los 300 ríos ubicados en la vertiente del Pacífico, donde vive la mayor población del país, pero la deforestación, falta de sanidad y desarrollo pecuario destruyen el medio.

Para contrarrestar el problema y evitar consecuencias graves a la salud de las personas, MiAmbiente ejecuta iniciativas como la alianza público-privada por el millón de hectáreas (ha), la cual prevé sembrar 50 mil ha de árboles por año.

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