Iván Rodríguez, otro latino en Templo de los Inmortales del béisbol

Tras las cinco recientes adiciones, ese recinto sagrado, cuya fundación por el hombre de negocios, coleccionista de arte y filántropo Stephen Carlton Clark data de 1936, tiene 317 elegidos, de ellos 220 practicantes del deporte de las bolas y los strikes.

Entre las hazañas de 'Pudge', alias de Rodríguez, sobresalen siete Bates de Plata, 13 Guantes de Oro, 14 elecciones al Juego de las Estrellas, y campeón de la Serie Mundial con Marlins de Florida en 2003.

Todos esos logros pertenecen a una hoja de servicios de 21 años en la Gran Carpa, lo cual además es sinónimo de entrega y constancia a un torneo de ediciones prolongadas, y repleto de figuras talentosas.

A principios de este 2017, la Asociación de Escritores de Béisbol de América decidió la entrada del boricua en el Salón de la Fama con el 76 por ciento de apoyo de sus votantes.

La conquista de ese honor demanda que las tres cuartas partes de quienes deciden ofrezcan su respaldo a los candidatos propuestos previamente, casi siempre un lustro después del retiro de los peloteros.

Pudge superó la prueba de los cronistas en su primera aparición en las boletas, con 336 sufragios, y quizás fueron determinantes los significativos resultados del exjugador, cuyo debut se produjo en 1991 como miembro de Vigilantes de Texas.

El puertorriqueño también vistió los uniformes del citado equipo de Florida (ahora nombrado Marlins de Miami), Tigres de Detroit, Yankees de Nueva York, Astros de Houston y Nacionales de Washington, con el cual dijo adiós a la carrera deportiva en 2011.

Sus estadísticas personales muestran un promedio ofensivo de .296, dos mil 844 hits, 572 dobles, 311 jonrones, mil 354 carreras anotadas y mil 332 empujadas en dos mil 543 partidos jugados.

Resultó el primer cátcher en disparar, al menos, 30 bambinazos, pisar 100 veces el home e impulsar esa misma cantidad de anotaciones durante una temporada en la historia de la MLB, en 1999.

Mascota en mano, Rodríguez participó en dos mil 427 desafíos (récord para receptores), de los cuales inició dos mil 346 y completó dos mil 81 como muestra de fortaleza, maestría y longevidad en, a juicios de muchos, la posición más difícil de todas.

También detrás del home, compiló 991 de average defensivo, cometió 142 errores, estuvo en 158 jugadas de dos outs, y capturó a 661 robadores de bases, el 41 por ciento del total de quienes intentaron burlar su brazo.

Durante la ceremonia de exaltación, a la cual asistieron más de 27 mil espectadores, Rodríguez agradeció el apoyo de sus padres, destacó el amor por Puerto Rico, y lanzó un mensaje de aliento a los más jóvenes.

Este momento lo comparto con toda la afición nuestra en la isla, especialmente los niños, el destino está en su manos, afirmó el considerado por muchos mejor receptor de todos los tiempos.

No les tengan miedo al éxito, se vale soñar. Todo en la vida es posible y los triunfos se realizan con esfuerzo y dedicación. Se lo digo por experiencia, agregó.

Junto a Pudge ingresaron al Templo de los Inmortales el antiguo inicialista Jeff Bagwell, el otrora jardinero Tim Raines, el excomisionado de la MLB Bud Selig, y el presidente de Bravos de Atlanta, John Schuerholz.

Bagwell, quien recordó a sus seguidores que no le gusta llamar la atención, jugó sus 15 temporadas al máximo nivel con Astros de Houston, y en nueve dio 30 o más vuelacercas como parte de un total de 449.

Su nombre aparece, junto a otros 10, en el listado de quienes han logrado al menos 440 jonrones y 200 bases robabas, esto último 'realmente valorado por alguien que no era muy veloz'.

El ambidiestro Raines se desempeñó 23 años con Expos de Montreal, Medias Blancas de Chicago, Yankees de Nueva York, Atléticos de Oakland, Orioles de Baltimore y Marlins de Florida.

Acumuló un promedio al bate de 294, conectó dos mil 605 imparables y estafó 808 almohadillas, la quinta mejor marca histórica entre los ligamayoristas.

Selig estuvo en dicho cargo desde 1992 hasta 2015 y dio paso a los desafíos interligas, la expansión de la postemporada, y la fragmentación de cada circuito en tres divisiones con comodines, entre otros hitos.

Como sombras de su mandato, durante el cual se edificaron 20 nuevos estadios, ocurrieron la cancelación de la Serie Mundial de 1994 en medio de una huelga de peloteros y la era de los esteroides.

Sin embargo, dejó el deporte en una magnífica condición económica, con inexistentes conflictos labores, y un estricto régimen de controles para detectar el uso de drogas.

Por su parte, Schuerholz ha estado trabajando durante las últimas cuatro décadas de sus 76 años en una oficina de la MLB, y suma 35 como gerente general y presidente de Reales de Kansas City (1982-1990) y Bravos de Atlanta (1990-actualidad).

Los elencos suyos conquistaron la Serie Mundial en 1985 y 1995, uno en cada liga, logros sin precedentes.

OTROS LATINOS EN EL SALÃ'N DE LA FAMA

El puertorriqueño Roberto Clemente, quien perdió la vida en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972, fue el primer pelotero latinoamericano en ingresar a dicho sitio, en 1973.

Una década después entró el lanzador dominicano Juan Marichal, y posteriormente lo hicieron el torpedero venezolano Luis Aparicio, en 1984, el jugador de cuadro panameño Rod Carew (1991), y el inicialista boricua Orlando Cepeda (1999).

Además, se sumaron el primera base cubano Anastasio 'Tany' Pérez (2000), el camarero puertorriqueño Roberto Alomar (2011), y el pitcher quisqueyano Pedro Martínez (2015).

En el templo de Cooperstown aparecen además, seleccionados por el Comité Especial de las Ligas Negras, los peloteros de Cuba: Martín Dihigo (1977), José de la Caridad Méndez (2006) y Cristóbal Torriente (2006).