Tecnología para resguardar cárceles

En este sentido, especialista sugieren el uso de la tecnología con un sistema de video cámaras de visión nocturna y grabación de audio y video, dentro y en el perímetro, con un centro de vigilancia externo; la constante rotación del personal, por lo menos cada seis meses, y que no sea un castigo para los uniformados; implementar la ley del sistema penitenciario para reclutar personal capacitado, con buen salario y equipo necesario, y permitir el fácil acceso a objetos de aseo y primera necesidad, eliminando el mercado negro.

“La tecnología puede ser una herramienta eficiente: escáneres y cámaras, mientras tanto la revisión periódica”, dijo Juan Carlos Araúz, presidente del Colegio de Abogados.

El jurista Alfonso Fraguela detalla que “en el caso de los abogados, cuando ingresamos a los centros penitenciarios, al igual que los familiares, somos sometidos a estrictas medidas de seguridad, por lo que siento que al final se deben poner en práctica los reglamentos internos y el personal debe ser rotado regularmente para evitar el relajamiento de las normas”.

En esto coincide el abogado Víctor Orobio, quien manifestó que “el problema no está en los familiares de los privados de libertad, el problema siempre ha radicado en los uniformados, las personas encargadas de la seguridad interna y externa de los penales, pero es difícil que la Policía Nacional y el sistema penitenciario lo reconozca”.

Al respecto, el exdirector de la Policía Técnica Judicial (PTJ), Jaime Abad detalla que el objeto más introducido en los penales son los celulares y las tabletas, le siguen la droga, para el consumo, desde marihuana hasta heroína; prostitutas, licor y armas, de todo tipo desde cuchillos hasta Ak 47.

“A través de los años he visto diversas modalidades, pues es un tema al que le doy seguimiento. Están los túneles, el uso de servicio externo como la comida, por eso soy enemigo de licitar la comida; ahora con la tecnología, vemos los drones y la más común y eficaz: la corrupción, porque sin ella las otras no podrían llegar”, afirma Abad.